viernes, 23 de diciembre de 2011

40 pasos hacia la disciplina positiva (y 6)

Hoy llegamos al final de nuestra serie sobre el libro de Jane Nelsen ("Disciplina Positiva", Editorial Oniro, Barcelona 2002). Es una visión completamente diferente a lo que se entiende tradicionalmente como "disciplina", sin embargo es bastante cercana a los comportamientos que nos sugiere el sentido común en nuestra relación con los niños. 

En el fondo son consejos basados en la consideración de los niños y las niñas como personas de pleno derecho, que tienen sentimientos y reacciones muy parecidos a los de los adultos, y necesitan que les enseñemos el camino, las herramientas para poder administrar esos sentimientos. Es una perspectiva de la educación que nace del respeto a esos pequeños seres humanos y de la confianza en que por sí mismos tienen el impulso de "hacer las cosas bien", es sólo que aún no saben cómo.

Puedes acceder a las entradas anteriores en:



31- Menos es más.

Cuanto menos se hable más eficaz se es. Hay que dejar que las acciones hablen más alto que las palabras.

32- Utiliza señales no verbales.

El uso de señales no verbales (p. ej.: un vaso bocabajo en la mesa indicaría que hay que lavarse las manos antes de comer), sobre todo si participan los niños en su elección, puede aumentar la motivación para realizar las tareas cotidianas.

33- Di: " Cuando......, entonces".

Es más eficaz decir: "Tan pronto como acabes los deberes verás la TV", que "Si acabas los deberes, verás la TV".

34- Enseña consecuencias naturales.

Es bueno que el niño experimente las consecuencias naturales de sus actos. Una consecuencia natural es algo que sucede debido a lo que el niño ha elegido, sin que el adulto haya hecho nada.


35- Enseña consecuencias lógicas

Para que una consecuencia lógica no sea un castigo deben cumplirse las 3 R: Las consecuencias lógicas deben ser Relativas (deben estar relacionadas con el comportamiento), Respetuosas (deben aplicarse sin cólera, fuerza ni humillación) y Razonables (deben parecer razonables al adulto y al niño).

36- Anima en lugar de dar recompensas o elogios.
Animar a los niños les lleva a la autoconfianza mientras que elogiar les hace dependientes de los demás.

37.- Las pagas se deben dar sin relacionarlas con las tareas.

38- Haz que los niños se impliquen en las tareas domésticas.

Los niños deben participar en las tareas de la casa y una buena manera de planificarlas es en las reuniones familiares.

39- Abrázale.

Esto puede por sí solo cambiar la actitud tanto del padre como del hijo.


40- Dedícale tiempo.

Dedicar todos los días unos minutos extra hace que los niños se sientan aceptados e importantes y les permite compartir experiencias y sentimientos.


¿Qué os pareció nuestro viaje por la disciplina positiva? Si os decidís a aplicar algunos de estos trucos, nos gustaría mucho que nos comentárais los resultados a través de los comentarios del blog, o a nuestro correo electrónico.

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